Los chicos de la Escuela de Fútbol de Barrio Ferrer visitaron y entrenaron en el Kempes

Encabezados por su profesora Katya Villafañe, los niños disfrutaron de su visita al escenario deportivo más importante del interior del país, donde entrenaron con Oscar Dertycia y su equipo.

Hay momentos que son inolvidables. Los motivos pueden variar, pueden ser buenos o malos, pero quedan en la memoria para siempre. Eso ocurrió en la tarde de hoy con los chicos de la Escuela de Fútbol de Barrio Ferrer que visitaron el Kempes. Pero las cosas no se dan solas, siempre hay una explicación, un por qué. Siempre hay alguien detrás de los sueños para que se hagan posibles. En esta historia, ese alguien se llama Katya Villafañe, que le dio un golpe de aire fresco a estos entusiastas niños que hoy, vivieron “Su momento”.

Invitados por la Agencia Córdoba Deportes y por el Ministerio de Desarrollo Social, llegaron al Kempes cerca de las 16:30, se cambiaron y se pusieron a las “exigentes” órdenes de Oscar Dertycia y su equipo para un entrenamiento en la flamante cancha de fútbol sintético del estadio.

Corrieron, jugaron y disfrutaron. Pero, cuando la tarde caía, todavía había tiempo para varias sorpresas más. Recibieron elementos deportivos y la promesa de los anhelados arcos para la canchita del barrio. Después, llegó el momento de recorrer los vestuarios para terminar sacándose la foto eterna en la cancha principal.

Antes de irse, visiblemente emocionada, Katya agradeció al Gobierno de la Provincia: “Estoy muy contenta, los veo felices y me pongo bien por ellos. Cuando esto empezó me conformaba con conseguir un par de fútbol y conitos, pero terminó surgiendo todo esto que para ellos es muy importante. Es la posibilidad de elegir un futuro mejor, que ellos tengan opciones en la vida. Que no crean que todo es imposible y que no pueden hacer nada porque son de determinada zona. Ahora ellos saben que puedan llegar adonde quieran. Estas cosas pueden cambiar la vida de estos chicos”.

Se hizo de noche, se subieron a su colectivo y se fueron. Volvieron a su casa como todos los días.
Pero era un día distinto. Muy distinto.