Agustín Destribats y la ilusión de medalla en Tokio

El atleta cordobés competirá en lucha libre olímpica desde el 1 de agosto. Argentina tendrá un representante masculino en lucha en un Juego Olímpico tras 25 años de ausencia. Antes de viajar, compartió un ameno momento con Héctor Campana, presidente de la Agencia Córdoba Deportes.     

Los días pasan y los esperados Juegos Olímpicos de Tokio asoman más cercanos en el horizonte del país del sol naciente. Allí, un cordobés de tan solo 23 años, dirá presente con una ilusión de medalla tan grande como la distancia que separa nuestra tierra de la nipona.

Agustín10 8.4Agustín Destribats afirma que su meta en Tokio es la medalla de oro, que entrena para ganar y reconoce que el bronce que conquistó en la Copa del Mundo de Serbia en diciembre, le sirvió de vara para saber dónde se encuentra en la elite de su deporte:

“Yo quiero la medalla de oro, a cada competencia voy a buscar esa medalla. Aunque sean mis primeros juegos y aunque sea chico, confío en mí y por más difícil que sean los rivales, entreno para ganarle al que tenga adelante”.

CuerpoNota Agustin 2A pocas horas de emprender la travesía por diferentes países, compitiendo en distintos torneos, hasta llegar a la gran cita olímpica, Destribats fue recibido por Campana en el Polo Deportivo Kempes. Luego de este grato momento vivido, el Presidente de la ACD brindó sus sensaciones:

“La verdad que fue una linda charla, conocer como es la vida de un luchador, los esfuerzos que hacen, un sacrificio extremo, muy diferente a los que nos toca a muchos deportistas. Conocimos su recorrido desde los juegos de la juventud hasta lograr la clasificación. El camino ya lo hizo, ahora tiene que disfrutar este momento y seguir preparándose. Le deseamos suerte y vamos a estar atentos a sus resultados”.

Agustín11 8.4Agustín logró la clasificación en marzo de 2020, en el Panamericano de Ottawa (Canadá). Fue medallista de plata y así Argentina volvió a tener un representante olímpico en lucha después de 25 años.

Ese día quedó grabado en la memoria del cordobés, que recuerda esa anécdota particular con una emoción que contagia al que lo escucha:

“El día del torneo me levanté muy mal. El pesaje es a las 8 de la mañana el día de la competencia, y yo me dormí. Tenía a mis entrenadores y compañeros llamándome y por suerte el pesaje era en el mismo hotel en el que estaba. Agarré la mochila, di el pesaje, y en vez de ir a desayunar, me volví a dormir hasta las 10, que era la hora de la competencia. Ese día me sentía mal físicamente y hasta psicológicamente. Por un lado pensaba que no clasificaba, que la oportunidad sería en otros juegos, pero por otro lado me decía que tenía que seguir luchando, que son muchos años entrenando afuera, mucho sacrificio. Empecé a entrar en calor y seguí sintiéndome mal, así que dejé de calentar y entré a la primera pelea como estaba. Por suerte la gané y me dio confianza para lo que seguía. Llegué hasta la final y clasifiqué a los Juegos en un día que me había levantado muy mal”.    

    

CuerpoNota AgustinPasaron 25 años desde la última vez que un argentino se clasificó a unos Juegos Olímpicos para la categoría masculina de lucha (Agustín ni siquiera había nacido). En aquella oportunidad, en Atlanta 1996, nos representó Paulo Ibire, que llegó hasta los octavos de final. El luchador cordobés reflexiona sobre el gran logro conseguido:

“Caí que había clasificado luego de varias semanas, cuando ya estaba en mi casa tranquilo. Al principio era algo que me ponía feliz pero no dimensionaba lo importante que era. Abrí una puerta que estaba cerrada hace 25 años y sirve para darle confianza a mis compañeros y a los que vienen por detrás, en decirles que se puede, que si yo pude, ellos también”.

Agustín6 8.4Destribats, becado por la Agencia Córdoba Deportes, resalta que en la época de pandemia donde no podía entrenar en su club, la ACD le acercó elementos como pesas y barras para que pueda entrenarse en su casa. Supo capitalizar este tiempo para disfrutar de la familia; de sus padres, hermanos, novia y su hijo, ya que en  época de competencia pasa mucho tiempo entrenando fuera de Córdoba. Necesita codearse y entrenarse con los mejores para crecer. Agustín describe la situación de pasar tanto tiempo lejos de casa: «El mejor lugar para entrenar es Daguestán. Majachkalá es la capital de Daguestán, en el sur de Rusia. Cada cuadra y media hay un club de lucha, es comparable con el fútbol en Argentina. Hay 150 personas en las dos horas de entrenamiento. Es una locura lo que se vive ahí. Al principio me costó, porque es una ciudad musulmana, totalmente diferente a Córdoba, pero luego de tres años de estar entrenando ahí, ya me acostumbré. Daguestán es la capital de la Lucha. Cada club tiene su campeón olímpico o mundial. En la última Copa del Mundo, de diez categorías, en ocho salieron campeones».

La lucha se disputa sobre un tapiz cuadrado de 12×12 metros, pero “su lucha” trasciende esos límites y va más allá.  Con sacrificio personal y el inagotable apoyo de la familia, amigos, entrenadores y dirigentes, Agustín ya se encuentra con la ilusión a cuestas. En fines de mayo, y como antesala de Tokio, competirá en los Campeonatos Panamericanos a desarrollarse en Guatemala. Está escribiendo la historia grande en la lucha de nuestro país y todavía habrá varios capítulos por llenar.