El Museo Provincial del Deporte sigue sumando objetos invalorables como la indumentaria que usó el ex campeón mundial hace más de 40 años.
Gustavo Ballas nació en 1958 en Villa María. Tuvo una destacada carrera como boxeador y tuvo su momento de gloria el 12 de Septiembre de 1981, cuando se consagró campeón mundial supermosca al vencer por nocaut en la octava vuelta al coreano Suk Chuel Bae. Además, si algo le faltaba para convertirse en un mito para el deporte cordobés y argentino fue que su consagración fue en el mítico Luna Park, escenario icónico del boxeo mundial.
De perfil bajo, talentoso y dueño de un estilo refinado, no pudo mantenerse mucho tiempo en el máximo nivel. Tuvo una larga lucha contra las adicciones y hoy continúa trabajando en pos de ayudar a otras personas que pasan por situaciones similares.
Hace pocos días, la indumentaria que usara el 6 de julio de 1979, cuando derrotó por nocaut al chileno Carlos Huilli en Villa María, es parte del Museo Provincial del Deporte, ubicado en el Polo Deportivo Kempes.
Gracias a una iniciativa de un vecino de la localidad de donde es oriundo Ballas, se logró recuperar la bata, un pantalón y un par de guantes que utilizó en aquel duelo. “Esos guantes son un regalo que le hizo Gustavo a mi hijo”, explicó Héctor “Tito” Cornelio Campos específicamente sobre una de las piezas que ya son parte del museo. “A Gustavo lo conozco de antes que naciera, eran cinco hermanos y él es el más chico de todos. Era un chico dócil, buen chico”, agregó sobre la intimidad del campeón.
Pablo Rosso, presidente del Concejo Deliberante de Villa María a cargo de la intendencia, también expresó su alegría de haber podido aportar un granito más al museo deportivo de los cordobeses. “Tengo muchísima satisfacción en nombre de los villamarienses de estar en este museo, poder traer un pedacito de la historia, de la magia de Gustavo Ballas”, comentó.
“Escuchar a la gente que ha estado cerca cuando desarrolló su carrera y recordar sus anécdotas no hace otra cosa que darte ese impulso que uno necesita cada día para seguir con sus cosas. Y después, ver en este hermoso lugar la historia de cordobeses que han marcado la sana competencia que expresa el deporte y nos ha servido a muchas personas para tomar buenas decisiones en la vida e ir por el buen camino”, remarcó.
Pero la historia de Gustavo Ballas marca que no solo fue un campeón dentro del ring sino también afuera. Y algunas malas decisiones lo hicieron caer en la lona, pero allí estuvieron amigos, conocidos y el propio “Tito” Campos para ayudarlo a seguir batallando y poder ser un ganador de la vida.
“Gustavo es un luchador que gracias a la ayuda externa pudo rehabilitarse y hoy está devolviéndole a la sociedad eso mismo que pasó con él. Está ayudando a chicos y adultos que están rehabilitándose de las adicciones, está terminando el secundario y, algo que hizo mucho hincapié, es que ayudemos a los deportistas pequeños a que estudien, que a él le hubiese gustado que lo ayudaran de chico”, contó Adrián Gómez Nellar, presidente del Ente de Deporte y Turismo de Villa María.
Hoy Ballas está con su mente puesta en ayudar y ayudarse, en crecer y lograr ingresar a la Universidad y allí obtener un nuevo título en su vida, ya alejado del cuadrilátero, pero siempre dando pelea. “Él quiere que los chicos salgan de la calle, que el boxeo crezca, que los chicos del boxeo no dejen de estudiar y sacarlos de la calle para evitar las adicciones”, concluyó Gómez Nellar. Una frase que pinta de cuerpo completo a este campeón.