Jazmín Aragón hace natación adaptada y clasificó en Córdoba para llegar a los Juegos Nacionales Evita. Hoy logró dos medallas: la de oro, en espalda y de plata, en pecho.
El deporte adaptado forma parte de los Juegos Evita. En fútbol, tenis de mesa, natación, atletismo, boccia, básquet en sillas de ruedas, y goalball, chicos con alguna discapacidad compiten y dejan todo de sí para superarse, competir y, si se puede, ganar.
Ellos no son “especiales”, son deportistas que forman parte de una delegación con la mirada puesta en defender los colores de Córdoba, alentar a los otros compañeros y conocer pares de otros lugares del país.
El caso de Jazmín es uno de ellos: su parálisis braquial nunca le impidió hacer deporte, todo lo contrario: hizo natación y gimnasia rítmica por gusto y para favorecer a su salud.
María Jazmín Aragón Diani de Carlos Paz y con sólo 15 años, hoy a la mañana se tiró a la pileta y logró dos medallas para Córdoba: la de oro en 25 mts. espalda y la de plata en pecho.
Hace sólo tres meses que llegó a la escuela del estadio Mario A. Kempes y su vida cambió completamente, como ella misma lo cuenta: “Desde chiquita hice natación por mi problema en el brazo, pero desde que entreno en el Kempes me cambió completamente”.
E inmediatamente agrega: “Cuando hablo de cambios, es porque me pasé a otro colegio que me lleva menos horas, porque al salir viajo desde Carlos Paz a Córdoba en colectivo a entrenar cuatro veces a la semana. También, por el tema de mi discapacidad evolucioné muchísimo, casi no podía levantar mi brazo y ahora lo hago hasta arriba. Y para la vida cotidiana me favorece un montón porque es hacer lo que me gusta todos los días”.
Esos meses ya le fueron suficientes para clasificar primera en el “Córdoba Juega” y llegar a las finales nacionales de los Juegos Evita en Mar del Plata.
Su entrenador Martín Nizetich, sólo tiene palabras de elogio para ella. No disimula su orgullo cuando cuenta que “en tan poco tiempo de formar parte del programa Córdoba Te Incluye ya tiene posibilidades de entrar al Panamericano del año que viene.” Y agrega: “Nuestro objetivo es acompañarla porque está en un proceso de pleno desarrollo deportivo y de vida, para que descubra todo su potencial”.
La sonrisa de Jazmín no se borra ni debajo del agua, sale regalando sonrisas. Sin saber el resultado ella ya está feliz. Cuando habla de sus profesores y compañeros se llena de satisfacción: “Ellos me alientan y me hacen sentir que no hay límites ni discapacidad. Y yo me convenzo que puedo, a pesar de todo”.