Los deportistas cordobeses cuentan en primera persona cómo es vivir encerrado y sin un futuro certero sobre su actividad.
Desde la Agencia Córdoba Deportes invitamos a nuestros deportistas a que compartan su experiencia en pleno aislamiento. Alejados de sus clubes o lugares habituales de entrenamiento así lo cuentan ellos.
Florencia Perotti es la segunda invitada a este ciclo. La nadadora cordobesa de 27 años se encuentra viviendo y entrenando en el club Pinheiros de San Pablo, Brasil. Su mente estaba puesta en la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, pero todo se vio alterado. Es que el Sudamericano de natación que se iba a realizar en Buenos Aires y el tradicional torneo nacional Maria Lenk, de Brasil, fueron postergados.
La situación actual que se generó por el aislamiento total, preventivo y obligatorio afecta de diferentes formas a las personas en general. Los deportistas no están exentos y lo sienten de otra manera. Incluso vieron cómo hasta los Juegos Olímpicos, que solo se vieron afectados por las Guerras Mundiales, cambiaron su fecha.
Si los deportistas que ya estaban clasificados a la cita olímpica, que se iba a llevar a cabo en Japón del 22 de julio al 9 de agosto de este año, sintieron el golpe por la postergación, los que no estaban clasificados también tomaron la noticia como una sorpresa a medias. Es que en el ambiente se esperaba el cambio de fecha.
Aún así la cordobesa, que fue medallista panamericana en Lima 2019, corre el plano deportivo y se centra en lo humano. Espera que de esta situación saquemos algo positivo, “que seamos mejores con el otro, con la naturaleza. Que nos enseñe un poco sobre ser mejores seres humanos”.
Este es su relato:
Terminamos planeando tanto nuestra vida que después pasa un coronavirus que nos hace un reviravueltas y no nos deja ni pensar en lo que vendrá.
Estoy en casa, sin salir para nada y la pregunta que más me hago es cuándo va a pasar. Cuánto tiempo necesitamos para que esto pase. No me preocupa cuánto tiempo necesito quedarme en casa sino el tiempo que tenemos que estar así separados.
Al principio tuve bastante miedo, después me di cuenta que tenía que tomármelo más tranquila. Que se yo, me sentía mal, tosía y me quedaba preocupada. Pero después intenté mejorar esa situación porque sino me volvía loca. Al principio, creo que como todos, no tomamos dimensión de lo que estaba pasando. Como no estaban en Brasil ni Argentina parecía que no iba a llegar. Pero cuando se confirmó el primer caso en Argentina me dio miedo, no por mí sino por mi familia.
Ahí sentí que esto iba en serio. Les cuento que yo estoy en San Pablo, Brasil. No soy de ver mucha tele y la mayor parte me lo voy enterando por redes sociales. Cuando supe que había casos en Argentina y me enteré de casos de muerte empecé a temer por mi abuela, mis papas, que son jóvenes, pero uno nunca sabe qué puede pasar. Mas que mi papá viaja, ahí como que le agarre miedo. Además, se estaba manifestando en muchos países.
Acá, el presidente no cree la dimensión que tomó el coronavirus. Se daba información que no era y estaba todo medio confuso. La verdad que lo del presidente nos deja a todos enojados, tristes, porque se está viendo en todo el mundo que no es una simple gripe sino algo más fuerte. Acá hay gente que no se lo toma en serio y salen a la calle. San Pablo es un lugar muy grande y hay muchos casos y mucha gente, entonces es más fácil que pase de una persona a otra.
Es triste ver que no tomen medidas, ni tomen conciencia. Porque si él, que es el presidente, no las toma, la gente que lo sigue tampoco lo hará. Lo bueno es que algunos gobernadores y el ministro de Salud son más coherentes y no están yendo detrás de lo que él dice, se ponen en contra de las decisiones de él. Eso es lo bueno de la situación.
Igualmente estoy tratando de no pensar. Tomo precauciones, lo esencial y fundamental. Me informo sobre lo que está pasando, pero tampoco me quedo con eso en la cabeza todo el día, porque creo que no nos ayuda. Tenemos que ser conscientes, pero tampoco llegar a la locura.
En cuanto a mi deporte, la natación, obviamente todos los clubes están cerrados totalmente. Primero fueron cerrando algunos (acá nadie quería cerrar) y nos obligaron a quedarnos en casa. Como tengo más tiempo libre aprovecho para hacer videollamadas con mi familia, me pongo al día con amigos y compañeros. Eso también me ayuda a mantenerme con la cabeza despejada.
Entrenamientos…cada uno hace lo que puede en casa con lo que tienen para mantenerse en estado. Vivo con otras dos chicas, una de ellas se volvió a su casa así que comparto con una sola de ellas. Nosotros en una habitación es más difícil. Por ejemplo yo no tengo pileta, entonces como que puedo mantener el físico pero es difícil no perder esa sensibilidad con el agua y ese contacto que para nosotros hace diferencia a la hora que nos toque volver.
Lo del Sudamericano me dejó triste obviamente, porque en esta etapa que estamos, que era la última del ciclo olímpico, era importante tener un torneo más. En mi caso, encaminaba el María Lenk que es el Nacional que se hace en Brasil y mi objetivo era ese. Entonces ,cuando surge lo del sudamericano fue un golpe pero intenté mantener mi cabeza más positiva, porque es una chance que sigue en pie. El golpe más fuerte fue cuando dijeron que el María Lenk no se iba a hacer. Lo único que pedía era que los Juegos no se hagan. Para quien tiene el índice era un poco más tranquilo, pero para mí que estaba luchando para clasificar, era una situación muy mala. Entonces, eso me dejó mal hasta saber que los Juegos no se iban a hacer este año.
Me pareció la decisión más sensata y obviamente es triste, porque uno estaba con la cabeza y la mentalidad para hacerlo ahora, pero hay que ver el lado positivo y tenemos que tomarlo como un año mas de preparación. Eso nos puede ayudar. La decisión de postergar los Juegos fue una manera de hacer que el deportista piense en su salud y no en “ay, necesito entrar para cumplir mi sueño” sino preocuparnos por nosotros, nuestra familia, ya tendremos tiempo después para cumplir cada uno con nuestros sueños y objetivos.
Igualmente no sé qué imaginarme para el futuro. Ya no sé qué pensar en el futuro. Creo que estoy más preocupada en lo que pasa día a día que en lo que va a pasar en el futuro. Terminamos planeando tanto nuestra vida que después pasa un coronavirus que nos hace un reviravueltas y no nos deja ni pensar en lo que vendrá.
Espero que esto se solucione porque por lo que está pasando ahora hay mucha gente se está quedando sin trabajo. El presidente había salido a decir que se le permitía a las empresas no pagar sueldos por cuatro meses. Espero que la gente vuelva a conseguir su trabajo y vuelva todo a la normalidad, siendo un poco más conscientes.
No sé como seguirá todo esto. Espero que no tarde mucho más.
Veo a mis amigas médicas que obviamente no pueden cumplir la cuarentena y luego está el resto de la gente que teniendo esa oportunidad todavía no se dieron cuenta de lo que pasa y no la cumplen. Creo que un poco pasa por el egoísmo de cada uno que a veces es más fuerte que el resto. Eso me da un poco de bronca, me deja triste.
Creo que esta situación mostró lo mejor y peor de la sociedad. La gente que no cumple, muestra cómo somos de egoístas. Y lo mejor, mucha gente en su casa, pensando en el resto o lo que sería mejor como sociedad.
Espero que por lo menos, si sacó lo peor de la sociedad, esa gente que no se interesa ni se preocupa puedan cambiar su mentalidad y a lo mejor esto nos demuestra y enseña a ser mejores, a tener más empatía con el resto del mundo. Creo que sería lo mejor que nos puede pasar.
Espero que nos deje algo esta situación, algo positivo. Que vuelva todo a la normalidad pero en una versión mejor. Que seamos mejores con el otro, con la naturaleza. Que nos enseñe un poco sobre ser mejores seres humanos.
No sé si en todos va a dejar una marca, porque cada uno tiene su forma de pensar y de ser. Nos debería dejar un poco más de empatía y menos egoísmo por el resto de la gente, demostrarnos que somos todos iguales. Esto es algún virus que fue mandado por no se quien para enseñarnos un par de cosas como cuidar la Tierra, ser más solidarios. El objetivo es eso, ser un poco mejor.
Por Florencia Perotti.