El Mario Alberto Kempes está de fiesta, ya que hoy cumple 43 años. Epicentro de grandes eventos deportivos y culturales de nivel nacional e internacional, el estadio cordobés es un ícono de la provincia.
Nacido con el objetivo de ser una de las subsedes de la Copa del Mundo, la construcción de más de dos años de una imponente mole en una deshabitada y alejada zona de la ciudad de Córdoba sorprendía e intrigaba a todos.
El 16 de mayo de 1978, el Chateau, como se conocía por entonces al estadio Córdoba, celebró su inauguración con el último partido de entrenamiento de la Selección Argentina que comandaba César Menotti de cara al Mundial ’78, que iniciaría su competencia dos semanas más tarde.
Fue una jornada de júbilo, con casi 50 mil espectadores que disfrutaron de la victoria del equipo nacional sobre un entusiasta Combinado de la Liga Cordobesa al que venció 3-1 con goles de Mario Kempes, René Houseman y Leopoldo Luque y Fernando Moreschini para los locales.
Con el tiempo, el estadio fue la casa de Talleres, Belgrano, Instituto, Racing y de todos los equipos cordobeses que jugaron de local algún encuentro en su rica historia.
La Selección Argentina, con sus grandes figuras, también se convirtió en un visitante habitual. Llegaron los torneos internacionales y, dentro de muy poco, nuevamente se vestirá de gala para recibir a la Copa América por tercera vez.
Si bien su espíritu y su mística se mantiene inalterable, los cambios y las mejoras se convirtieron en una constante, con ampliaciones en cuanto a capacidad, confort y prestaciones.
Hoy, pasados 43 años y ya transformado en el Mario Kempes, es un orgullo para los cordobeses y lugar infaltable para quienes visiten nuestra provincia.