El lunes 27 de marzo cuando Talleres y Olimpo se enfrenten en la cancha del estadio Mario Albero Kempes, estrenarán la superficie de césped que fue totalmente removida y renovada.
Esta cancha de fútbol, construida en el año 1976 previo a la obra del estadio en sí mismo, no había sido reformada desde entonces. Si bien se había mantenido y logrado un estándar para partidos internacionales, desde este último tiempo era necesaria una obra de mayor envergadura.
El deterioro propio de los años que sedimentaron una superficie obsoleta y el uso constante de la cancha, hicieron que se tome la decisión de removerla por completo e incorporar una especie de pasto, el “Tifway 419”, que es el recomendado para estas superficies.
Los trabajos comenzaron a mediados de diciembre del año pasado, luego de la licitación de las tres empresas encargadas de la remoción del suelo, la instalación del riego por aspersión computarizada y la colocación de las champas con la nueva especie híbrida.
Así, la obra se realizó de acuerdo a una planificación acordada en el equipo técnico de donde surgieron los pasos fundamentales a seguir:
1. Movimiento de suelo y nivelación. A los fines de poder reconocer el estado del campo existente y en virtud del tiempo transcurrido desde su construcción original se realizó un relevamiento sobre el estado de nivelación de la superficie final de juego y también de la base de suelo vegetal y de la sub base drenante, teniendo en cuenta la complejidad de los canales de avenamiento, la canaleta perimetral engravada y los conductos principales de descarga que fluyen al foso perimetral del campo. En relación a eso, se definió un proyecto de nivelación de la superficie tratando de reconstruir el diseño original.
Los trabajos comenzaron con un escarificado (apertura y rotura) de la base existente. Se retiró la tierra sobrante de la base vegetal. Se realizaron varios pasos con máquinas afinando la nivelación hasta lograr una aproximación relativamente precisa de las cotas del proyecto. El paso final se realizó artesanalmente, mediante reglas especiales y a mano, para poder lograr una superficie nivelada con la mayor precisión. La compactación de esta base se ejecutó con elementos livianos, teniendo en cuenta que la constitución de la tierra vegetal contiene un alto porcentaje de vermiculita, mineral que da un estado esponjoso del suelo que requiere un mayor cuidado en esta tarea.
De esta manera, se dejó preparada la superficie final a los fines de colocar el césped en panes, tarea que se realizó simultáneamente durante el avance de la nivelación fina.
2. Sistema de riego. Se instaló un nuevo sistema de riego de última generación. Así, el campo principal consta de 5 líneas de caños paralelas al eje longitudinal que distribuyen homogéneamente 30 aspersores ocultos que emergen durante su activación para regar con uniformidad el 100% de la superficie de juego. También, existen otros 9 aspersores para cubrir la cabecera sur. Este sector recibe el mismo tratamiento que el campo de juego y cuando se requiera, actuará como “vivero” de reposición de césped. Todo el riego se encuentra controlado mediante un sistema central computarizado con capacidad de sectorizar el campo, el tiempo de uso, el control de presión, etc., mediante válvulas solenoides y demás elementos componentes del conjunto.
3. Césped. Previamente al tratamiento del suelo, se realizó una aplicación, repetida a los diez días, de una mezcla de herbicidas de acción total, con el objetivo de eliminar la población de césped existente, dejándola totalmente libre para la implantación de la nueva especie. Sobre la superficie de suelo acondicionada se instalaron aproximadamente 8700 m2 de panes de césped de la bermuda híbrida Tifway 419, material de última generación desarrollado específicamente para campos deportivos de alta competencia.
Una vez que culminó esta etapa, se inició la de mantenimiento que, mediante las diferentes prácticas de manejo (cortes, riegos, rolado, top dressings, fertilizaciones, tratamientos fitosanitarios, etc.), llevará esta nueva superficie de juego a su maduración y estabilización definitiva. Luego de un período de tiempo que es inherente a este proceso, se logrará una superficie de juego de primer nivel, acorde con la jerarquía de un estadio como el Mario Alberto Kempes.
Cabe agregar que, para optimizar los trabajos de mantenimiento, la Agencia Córdoba Deportes adquirió una máquina arenadora con distribuidor a rodillo y cepillo, con tres ruedas con cubiertas de alta flotación. Además se compró un cobertor para proteger la superficie total del campo de eventuales lluvias, se reemplazaron las butacas de las tribunas que estaban rotas y se pintaron todas con un color uniforme.