La cordobesa de 28 años, que ya está clasificada a los Juegos Olímpicos, pasó por el Estadio Kempes a realizar rutinas de entrenamiento físico y chequeos médicos.
El 25 de mayo del año pasado Rocío Comba consiguió la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en su Río Tercero natal, en el marco del 2do. Gran Prix de la Asociación Atlética del Valle. Rocío lanzó el disco a 61.84 metros de distancia y logró el ansiado objetivo. De esta manera, la atleta cordobesa estará en su tercer Juego Olímpico, tras participar en Beijing y Londres.
Sabido es que los deportistas se preparan de la mejor manera para dicha competencia. Es que la gran cita ecuménica atrae la atención del mundo entero y la posibilidad de representar al país en semejante evento, realmente conmueve a los competidores. El caso de Comba no será la excepción.
Rocío, quien entrena a contrarreloj en Río Tercero, pasó por el Kempes y aprovechó las instalaciones del estadio. Como habitualmente lo hace, la riotercerense realizó ejercicios por demás exigentes en el gimnasio, y también hizo su chequeo mensual en los consultorios médicos del Centro de Alto Rendimiento Deportivo.
La líder argentina en lanzamiento de disco, quien ya participó en dos ediciones, sabe de sobra acerca de la importancia que tiene un Juego Olímpico. Sin embargo, prefiere tomarlo con más tranquilidad: “La verdad es que yo entreno siempre igual. Obviamente que hay mayor expectativa en uno, y hasta más adrenalina en cada entrenamiento, aunque trato de tomarlo como un año más de trabajo. Pero sí, la fiebre olímpica nos atrapa a todos”.
Asimismo, la cordobesa que en agosto lanzará en el histórico Estadio Maracaná, está confiada con el nivel que mantiene a meses de la competencia: “La verdad es que el año pasado no llegué a estar tan bien (por los Juegos Panamericanos en Toronto) como lo estoy ahora. Estamos entrenando a full y tengo un par de competencias antes, pero calculamos llegar de la mejor manera a Río”.