A 30 años del Mundial de Básquet en Córdoba

Se disputó del 8 al 20 de agosto y nuestra provincia fue una de las sedes. El escenario fue una cancha especialmente montada en el Pabellón Verde de Ferial. Los cordobeses Marcelo Milanesio, Héctor Campana y Diego Osella integraban el plantel y nos brindan su recuerdo.

Mundial 1990 aficheEn 1990, Argentina volvió a ser sede de un Mundial de Básquet, tal como lo hiciera en 1950 y en 1967.
El 3 de noviembre de 1950 quedó inmortalizada la noche de la consagración Argentina en el primer Mundial de la historia. Después de vencer por 64 a 50 a Estados Unidos, el equipo nacional se adjudicaba el torneo y desataba los festejos a la salida del mágico Luna Park, colmado con veinte mil personas.

En 1967, nuestro país fue sede de la ronda consuelo del Mundial que tuvo a Uruguay como sede principal.  Córdoba fue la ciudad donde llegaron aquellos equipos que ya no podían pelear por el título. La ronda consuelo se desarrolló en el desaparecido club  Redes Cordobesas que, aunque no lo crean, fue sede de un Mundial. URSS fue campeón y el combinado albiceleste terminó en el sexto lugar.

En 1990, 23 años después, el Mundial volvía a la Argentina.
Fue un torneo desarrollado en un marco de austeridad máxima. Los que imaginaban que dejaría nueva infraestructura en el país para el desarrollo de la actividad, se equivocaron. El sueño de nuevos estadios quedó postergado. En lugar de la creación de un nuevo espacio, para la sede Córdoba se decidió remodelar el Pabellón Verde de Ferial, donde 29 años después fue construido el imponente Centro de Convenciones Juan Bautista Bustos. Sin las comodidades ni las características necesarias para un evento de esta envergadura, se generó una cancha para 4.312 personas, un número de espectadores impensado en comparación a los que se usaron, por ejemplo, en el reciente Mundial de China, donde la capacidad mínima fue de 10mil personas.

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El contexto dirigencial tampoco era el mejor. En el medio de peleas internas entre representantes de capital y del interior, se decidió que Bahía Blanca (la denominada capital del básquet) no sería sede y que Argentina jugaría en Córdoba, junto a Canadá, URSS y Egipto.

Con los antecedentes de la consagración de Atenas como campeón de la Liga Nacional en 1987, 1988 y 1990, los cordobeses soñaban con alentar de cerca a Marcelo Milanesio, Diego Osella y Héctor Campana. Hacía pocos meses había fallecido Carlos Alberto «Palo» Cerutti, el otro cordobés que seguramente hubiera integrado el plantel.

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Para “Pichi”, el Mundial tuvo un sabor agridulce. Llegaba en uno de los mejores momentos de su carrera, tras una espectacular temporada en River Plate, donde promedió más de 44 puntos por partido (récord aún vigente). Su aporte era “la” esperanza argentina. Sobre él se apoyaban gran parte de las ilusiones del equipo dirigido por el bahiense Héctor “Tite” Boismené.

ACDseleccionbasquet5Sin embargo, faltando menos de una semana para el comienzo del certamen, una inoportuna lesión lo limitó en su rendimiento y no pudo ser el jugador que él y todos soñaban.
Campana, actual presidente de la Agencia Córdoba Deportes, retrocedió en el tiempo y, a 30 años del evento, nos dejó su análisis: “Era un orgullo jugar un Mundial de local, teníamos muchísimas expectativas y nos preparamos muy bien. Pero el mayor recuerdo que tengo es la bronca por un esguince que tuve cuatro días antes, en un amistoso, que me condicionó tremendamente. Si bien jugué, no estaba en condiciones. Después que terminó el torneo estuve enyesado 30 días y me costó mucho recuperarme y sentirme bien”.

ACDseleccionbasquet4Con Marcelo Milanesio formaron una de las duplas más importantes del básquet nacional y ahora tenían la posibilidad de jugar juntos un Mundial  de locales: «Teníamos una ilusión muy grande de hacer un buen campeonato, es una suerte que te toque un Mundial y en tu casa. Fue muy lindo. No jugamos un gran torneo, pero clasificamos y pasamos a la otra zona. Tuvimos la desgracia que Pichi era nuestro jugador estrella y se lesiona justo antes del torneo», reflexionó Milanesio.

ACDseleccionbasquet2En aquel equipo había un cordobés más, el más joven de los tres: Diego Osella, que a los 20 años tendría la gran oportunidad de jugar un certamen de este importancia: » Fue muy raro para mí, porque dos años antes estaba en Oncativo jugando con mis amigos y en mi pueblo. Fue muy rápido llegar a Atenas y en poco tiempo estar en la Selección y jugar un Mundial y en Argentina. Fue una gran experiencia».

ACDseleccionbasquet12El periodista Gustavo Farías, historiador del deporte de Córdoba y responsable del Museo del Kempes, realizó su reflexión a treinta años del torneo:  «Llegó en un momento de desarrollo del básquetbol argentino. La Liga Nacional transitaba sus primeras ediciones con una competencia que empezaba a tener estructuras más sólidas, e internacionalmente la selección comenzaba a conseguir algunos resultados importantes«.

Pero si existe un momento que no se olvidará del paso del Mundial y de la Selección Argentina por Córdoba, es el histórico triunfo ante Canadá por 96 a 88, en una épica reacción que aún deja margen para la polémica. Faltando un poco más de tres minutos, Argentina caía por 13 puntos, sin embargo, impulsada por Milanesio (15), Campana (20) y el entrerriano Sebastián Uranga (17), logró ganar el decisivo partido.

1990 mascotaLos protagonistas lo recuerdan de manera muy especial. Para Campana «fue muy loco porque era clave ganar para clasificar y veníamos jugando mal. Lo ganamos jugando casi que con los árbitros del lado nuestro«. Osella remarca la trascendencia que el juego tenía: «había mucho nerviosismo, fue uno de los más duros porque era clave para ir a jugar a Buenos Aires y no perder todo lo que habíamos hecho. Al último fue tirarnos de cabeza con la fuerza de la gente«. Milanesio lo recrea con mucha emotividad: «Fue muy emocionante. Se saca fuerza extra por representar a tu país. Lo sacas en cualquier lado,  imaginate jugando en casa. Fue el único triunfo importante. No le ganamos a ningún rival encumbrado».
«Fue uno de los partidos más emotivos disputados por Argentina en la historia de los mundiales, un celebradísimo triunfo tras revertir en escasos minutos una eliminación casi sentenciada», rememora Farías.

Cumplido el pase a segunda ronda, que era el objetivo de mínima, el equipo se derrumbó tras su traslado a Buenos Aires para la ronda final.

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1990 entrada final

Con la victoria ante Canadá, Argentina clasificó a la segunda ronda que se disputó en Buenos Aires, en el mítico Luna Park. No logró ganar ningún partido y finalizó en la octava posición. El campeón fue Yugoslavia, con un plantel repleto de figuras.

Aunque los objetivos deportivos  no se cumplieron y el certamen tampoco dejó nada al país desde lo institucional, el recuerdo de Argentina 90 seguirá presente y marcará para Córdoba el honor de haber sido sede una vez más de un gran evento internacional.

Fotografías: Archivo Gustavo Farías.